Los ciervos japoneses (Cervus nippon), también conocidos como sika, son una especie de ciervo nativo de Japón. A diferencia de otras especies de ciervos, los ciervos japoneses son conocidos por su falta de miedo hacia los humanos.
Esta falta de miedo hacia los humanos se debe en gran medida a la relación que ha existido entre los ciervos y la cultura japonesa durante siglos. En Japón, los ciervos son considerados animales sagrados y se les ha adorado durante mucho tiempo como los mensajeros de los dioses.
Además, durante el período Edo (1603-1868), los ciervos eran considerados como propiedad del shogun, el líder militar de Japón en ese momento. Cualquier persona que matara a un ciervo estaba sujeto a la pena de muerte. Esta protección de los ciervos contribuyó a su creciente población en Japón y a la falta de miedo hacia los humanos.
Otro factor que contribuye a la falta de miedo de los ciervos japoneses hacia los humanos es la gran cantidad de parques y reservas naturales en los que viven. Estos lugares están diseñados para ser seguros para los ciervos y para los humanos que los visitan, y se fomenta la interacción entre ambos.
Los visitantes a menudo pueden comprar galletas de arroz para alimentar a los ciervos, lo que también ha contribuido a su falta de miedo hacia los humanos. Sin embargo, esto ha llevado a algunos problemas, como la sobrealimentación y la dependencia de los ciervos de los alimentos proporcionados por los humanos, lo que ha llevado a cambios en su dieta y hábitos alimenticios.
En general, la falta de miedo de los ciervos japoneses hacia los humanos se debe a una combinación de factores culturales e históricos, así como a la creación de entornos seguros para los ciervos y los humanos. Aunque puede parecer una ventaja para los turistas que visitan Japón, es importante recordar que los ciervos siguen siendo animales salvajes y deben ser tratados con respeto y cuidado.
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