El pollo frito japonés «karaage»

El pollo frito japonés, conocido como karaage, tiene una historia interesante y única que se remonta a siglos atrás. Aunque hoy en día es un plato popular en todo Japón, su origen se remonta a la era Edo (1603-1868), cuando los cocineros de los templos budistas comenzaron a utilizar la técnica de freír alimentos en aceite.

En aquellos días, los templos budistas de Japón solían preparar comida vegetariana, pero la técnica de freír alimentos en aceite se convirtió en una forma popular de preparar alimentos para los monjes que necesitaban calorías para su dieta. En un momento dado, algunos templos budistas comenzaron a experimentar con carnes, incluyendo pollo, y encontraron que el resultado era delicioso y nutritivo.

Con el tiempo, la técnica de freír pollo se difundió fuera de los templos y se convirtió en una forma popular de cocinar en todo Japón. A finales del siglo XIX, los primeros restaurantes que servían karaage comenzaron a abrir en Tokio y otras ciudades importantes, y el plato se convirtió rápidamente en un favorito entre los trabajadores y los estudiantes universitarios.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno japonés promovió el consumo de pollo para ayudar a aumentar la producción nacional de carne. La popularidad del karaage se disparó aún más, y se convirtió en un plato común en todo el país.

En los años posteriores a la guerra, los restaurantes de karaage comenzaron a experimentar con diferentes sabores y técnicas de preparación. Algunos agregaron salsas dulces y picantes, mientras que otros usaron marinadas con sake, jengibre y ajo para darle sabor al pollo. La técnica de freír el pollo también evolucionó, y hoy en día hay muchas variedades diferentes de karaage, desde el crujiente y dorado hasta el tierno y jugoso.

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Receta

Ingredientes:

  • 500 gramos de muslos de pollo deshuesados y sin piel
  • 3 cucharadas de salsa de soja
  • 3 cucharadas de sake (vino de arroz japonés)
  • 1 cucharada de aceite de sésamo
  • 1 diente de ajo picado
  • 1 trozo pequeño de jengibre fresco rallado
  • 1/2 taza de fécula de patata o maíz (para rebozar)
  • Aceite para freír
  • Rodajas de limón y salsa dip para servir

Instrucciones:

  1. Corta el pollo en trozos pequeños y ponlos en un tazón.
  2. Agrega la salsa de soja, el sake, el aceite de sésamo, el ajo picado y el jengibre rallado al tazón con el pollo. Mezcla bien para asegurarte de que todos los trozos de pollo estén cubiertos con la marinada.
  3. Deja marinar el pollo durante al menos 30 minutos en el refrigerador.
  4. Cuando estés listo para cocinar, saca el pollo de la marinada y sécalo con papel de cocina.
  5. Pon la fécula de patata o maíz en un tazón y reboza los trozos de pollo en ella, asegurándote de cubrirlos bien.
  6. Calienta suficiente aceite en una sartén o wok para cubrir los trozos de pollo. La temperatura del aceite debe estar entre 170°C y 180°C.
  7. Fríe los trozos de pollo en el aceite caliente durante unos 5-6 minutos, o hasta que estén dorados y crujientes.
  8. Saca el pollo de la sartén con una espumadera y colócalo sobre una rejilla para que se escurra el exceso de aceite.
  9. Sirve caliente con rodajas de limón y salsa dip de mayonesa y mostaza.
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